LA NECESIDAD DE INTEGRAR
Hay una serie de prejuicios e ideas preconcebidas sobre los fenómenos migratorios, se han convertido en argumentos recurrentes de los detractores de la inmigración que recurren a ellos constantemente. Sin embargo estos argumentos han sido, en su gran mayoría refutados por estudios académicos concretos.
La inmigración no deteriora el mercado laboral
El estudio "Immigration, Search, and Redistribution: A Quantitative Assessment of Native Welfare" de Felbermayr, Peri, Battisti y Poutvaara dirigido por la Universidad Ludwig Maximilian de Munich, ha revisado las estadísticas económicas de 20 países industrializados que acogían inmigrantes. 19 de estos 20 países fueron beneficiados por el influjo migratorio, registrando alzas significativas en el salario básico promedio en las zonas receptoras de refugiados.
Por otro lado, la investigación de Foged y Peri "Immigrants' and Native Workers: New Analysis on Longitudinal Data" que tomó como muestra la Dinamarca de los 90's encontró que en todas aquellas zonas receptoras de refugiados registraron una mayor demanda de trabajadores cualificados por el alza general de la actividad económica.
19 de cada 20 países fueron beneficiados por el influjo migratorio, registrando alzas significativas en el salario básico promedio en las zonas receptoras de refugiadosLos refugiados son sin duda una fuerza económica a tener en cuenta y que beneficia el entorno que los acoge, además de los estudios anteriormente citados hay que entender que en la mayoría de los casos no solo se traslada la potencial mano de obra, sino también una serie de actividades económicas originarias que normalmente no existen en el país de acogida, cuando los grupos de refugiados logran una situación estable son muy propensos a abrir pequeños negocios, lo cual no solo revitaliza la economía regional, sino que también crea empleo y al ser tipos de negocios sin correspondencia directa con la actividad local no significan una competencia feroz.
Además de lo antes mencionado existen entre los refugiados una significativa cantidad de individuos altamente cualificados y con una altísima preparación académica, cuando estas personas logran acceder a mercados acordes a su cualificación promueven un intercambio intelectual que da como resultado frecuente significativos avances e innovaciones en sus áreas. Basten como ejemplo Jerry Yang de Yahoo, Sergey Brin de Google o Andrew Grove que ayudo a perfeccionar la industria moderna de los semiconductores, sin la cual la mayoría de los dispositivos actuales podría existir.
Pero incluso sin contar con estos casos, se ha demostrado que el influjo de una gran fuerza de trabajo de refugiados no solo no desplaza a los trabajadores locales, sino que se complementa con ellos al convertirse en un importante mercado de consumidores a tener en cuenta. Otro estudio "Are Refugees Different from Economic Immigrants? Some Empirical Evidence on the Heterogeneity of Immigrant Groups in the United States" de Kalena Cortés de Texas AT&M concluye que si bien es cierto que el proceso tarda un poco en comenzar, una vez que los migrantes alcanzan una estabilidad económica básica agregan cada año más valor a la economía que el coste original de recibirlos. Queda claro que todos estos factores no se pueden obviar y que es no solo sensato, sino imprescindible, acelerar el punto de estabilidad e integración de los refugiados con todos los medios a nuestro alcance.
La inmigración no es una carga para el estado
Existe la noción, por demás equivocada, de que los refugiados son una carga fiscal para el estado ya que tiene que dirigir sus recursos sociales a cubrir las graves carencias básicas de estos. Esto es un punto especialmente sensible en la Europa de hoy en día, la de la crisis y los recortes, y es uno de los argumentos que más alimenta el recelo entre la población nativa pues al padecer ellos mismos los ajustes del presupuesto del estado perciben como algo injusto que los refugiados reciban ayudas, sin embargo es un argumento erróneo.
La población inmigrante aporta más al estado por medio de impuestos que el gasto que generanPor si no fuera suficiente con los positivos efectos económicos listados anteriormente, diversos estudios han demostrado que la población inmigrante aporta más al estado por medio de impuestos que el gasto que generan. Esto es cierto incluso para los inmigrantes desempleados que siguen pagando impuestos indirectos como ha quedado demostrado en la investigación de Dustman y Frattini "Positive economic impact of UK immigration from the European Union: new evidence".
Y no solo eso, otro estudio, "THE LONG-TERM ECONOMIC IMPACTS OF REDUCING MIGRATION: THE CASE OF THE UK MIGRATION POLICY", de Lisenkova y Sanchez-Martinez de la Universidad de Ottawa ha llegado a la conclusión de que en el caso de Reino Unido una reducción del 50% de la migración significaría un descenso tal en el PIB que el gobierno se vería obligado a incrementar los impuestos significativamente para mantener el equilibrio fiscal. En otros casos, como el de U.S.A., un informe del congreso estima que la migración significa un incremento del 5,4% del PIB y que sus aportaciones fiscales podrían reducir el déficit en 897 billones de dólares en 20 años.
En un tratamiento serio del tema debemos tomar en cuenta lo anterior y aceptar, fuera de toda duda, que los aspectos positivos de la migración no pueden ser obviados. Los costos, en general altos, que se generan durante la recepción de los refugiados y otros inmigrantes se minimizan cuando se ven en perspectiva a largo plazo y se comparan con los beneficios potenciales que surgen de la inmigración. Es por esto que la inmigración no debe ser vista como una carga para el estado, sino más bien como una inversión a futuro. Para convertir esta problemática en una oportunidad de beneficio social es no solo conveniente, sino necesario, mantener una bienvenida genuina y un reconocimiento cultural serio y mutuo, para poder acelerar la integración económica y la estabilización de los inmigrantes con todos los medios disponibles.
Alemania es ahora mismo el lugar más crucial en la acogida de refugiados y es el foco de todas las miradas a nivel mundial. Debemos entender de que las condiciones y circunstancias básicas se repiten de manera similar o idéntica en el resto de países industrializados, y que los beneficios de la migración se podrían mostrar en todos ellos. Alemania tiene la oportunidad y el deber de convertirse en un referente en la solución de este fenómeno.
El equilibrio demográfico
Para 2050 el descenso de población alemana habrá sido del 14,7% En Grecia 10,9% y en Portugal 18,6%No es secreto para nadie que Europa envejece, se estima que con el ritmo actual de crecimiento demográfico la población de Alemania se habrá reducido de los 81 millones actuales a 68 millones para 2060. Esto es una situación extendida en toda Europa, para 2050 el descenso en Alemania habrá sido de 14,7% y también en los países del sur se prevén pronunciadas disminuciones de entre 10,9% (Grecia) hasta 18,6%. (Portugal) solo por citar un par de casos.
Si la población nativa es incapaz a de mantener las estructuras de gobierno, la industria, las pensiones y la seguridad social debe, necesariamente, apoyarse en los inmigrantes. La diversidad cultural y étnica son un rasgo común Alemania y el resto de países desarrollados del mundo, y han sido síntoma de desarrollo desde las antiguas metrópolis. Una inclusión significativa de migrantes en la sociedad de acogida no es solo una afluencia de trabajadores activos, sino que también ayuda a asegurar la estabilidad demográfica.
La crisis actual de refugiados es la mayor desde el fin de la segunda guerra mundialSin embargo ante un fenómeno tan complejo como una inmigración masiva desde otras regiones y culturas del mundo es necesario asegurarse de que la identidad cultural, tradiciones y los valores del país anfitrión puedan persistir en el futuro. Y para que las diferencias no causen profundos abismos entre la comunidad deben existir métodos de integración cuidadosamente estructurados, diseñados y planificados cuyos procesos estén dirigidos a a implementar una integración plena. De manera que los inmigrantes se integren rápidamente y las segunda, y a más tardar la tercera, generación haga suyos los valores del país en el que ha nacido y ya no sea considerado inmigrante sino ciudadano de pleno derecho.