EL IDIOMA COMO HERRAMIENTA

El lenguaje es sin duda la herramienta más potente y la más imprescindible para una integración plena del refugiado en el país acogida. No solo porque determina su capacidad para desenvolverse cotidianamente en la sociedad de manera útil, sino porque con el lenguaje se transmite la manera de entender el mundo en su nuevo entorno.

 

El primer y más importante obstáculo al que se enfrenta un migrante o un refugiado en el país de acogida es la barrera idiomática. Poco importa su preparación académica, su experiencia laboral o incluso su buena disposición, si no es capaz de superar esa barrera con un nivel de competencia mínimo, está condenado a la marginalidad al no poder acceder a empleos de calidad o a servicios básicos mínimos.

 

La barrera idiomática es capaz de anular toda la preparación académica de una persona, obligándolo a buscar trabajo menos cualificadoEs necesario plantear un sistema de integración enfocado en enseñar el idioma de manera eficiente, con un método estructurado y acelerado, para que sean autosuficientes y funcionales lo más pronto posible y reducir así el riesgo de exclusión social que es, tristemente, su punto de partida. Es necesario también guiarlos en el funcionamiento de esta nueva sociedad a la que arriban para que puedan cubrir las necesidades básicas como pueden ser la búsqueda de un médico y los trámites necesarios con la administración.

 

Es por eso que la enseñanza del lenguaje a los migrantes y refugiados debe ir acompañada de una buena cantidad de trabajo social que se enfoque en los casos específicos y de una sensibilidad cultural responsable con el tratamiento de las diferencias para aminorar el impacto del cambio de país.

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